domingo, 27 de mayo de 2012

Mis poemas: Música

Roberto Matta - Jazz band, 1973

Música
Escuchando a Django Reinhardt

Hay sonidos
que te arrojan al manantial
perplejo de tu sangre
al inconfundible
estruendo de ti mismo.

Mis poemas: Maria Germaná Matta
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Django Reinhardt New York City Festival - Dark Eyes

sábado, 26 de mayo de 2012

Mirra Lojvítskaia, poesía

Marc Chagall - paysage blue


¡Habrá tormenta! Lo veo
en la agitación de los álamos
en el pesado calor de la penumbra
en la oscuridad sofocante de las avenidas.

En la potencia de la fuerza candente
de los rayos escondidos en la nube,
en la languidez fatigada
de tus amados ojos.

***************************************

NO MATEN A LAS PALOMAS

¡No maten a las palomas!
Su plumaje es blanco como la nieve;
su suave arrullo suena
en la oscuridad del mal terrestre
donde todo es deslucido o confuso.
¡No maten a las palomas!

¡No arranquen las violetas!
No sean ávidos ni celosos;
los campos les darán semillas,
habrá lugar para los ataúdes.
No solo de pan se vive.
¡No arranquen las violetas!

¡No rechacen a la belleza!
Es inmortal y no necesita inciensos.
No necesita la gloria de los cantos,
¿de qué le sirven los himnos, las flores?
Sin ella el genio no tiene poder,
¡no rechacen a la belleza!

***************************************

Mi alma es como un loto intacto
que languidece en el silencio del agua.
Abre su corola de plata
ante el sacramento dulce de la luna.

Tu amor es como un rayo de niebla
hecho de magia muda,
y mi fragante flor hipnotizada
por una extraña tristeza,
es atravesada por su frío.

Traducción de Natalia Litvinova, actualmente se encuentra traduciendo a esta poeta rusa. Los tres poemas citados fueron extraídos de su blog: http://animalesenbruto.blogspot.com.es/

Biografía
Poeta rusa, nació en Petersburgo en 1869 - 1905, murió con apenas 36 años.
Con este breve poema predijo su propia muerte:
 Quiero morir joven,
sin sentir tristeza ni amor por nadie;
descender como  una estrella dorada,
volar siendo flor no marchita.

lunes, 21 de mayo de 2012

Patricia Jabbeh Wesley, poesía


* foto de Gervasio Sánchez

 HAN CESADO TODOS LOS CANTOS FÚNEBRES

Todos los cantos fúnebres habrán de cesar
cuando las campanas del reloj den las siete,
momento en que sigilosa,  la noche
se arrastrará cargada de muertes.
Ya no habrá cantos fúnebres para aquellos
que fueron arrancados de sus hogares
o sacrificados o apiñados en campos de detención
alrededor del mundo –ésta es nuestra guerra.
Hasta tanto nos desvanezcamos 
como los calcinados restos de la vegetación,
después de que el incendio se consuma a sí mismo.
Y todas las criaturas vivientes, a las que alguna vez
les perteneció el bosque, yazcan allí en la seca ceniza.

La caparazón de un caracol, a medio quemar,
una víbora de cascabel, enroscada, sus carnes
devoradas por las llamas.
Un escorpión y toda su prole resecos como
si hubieran sido aplastados con fuerza  contra el suelo.
Y los animales que una vez corrieron libres
en la jungla, en la  selva,  están todos muertos.
Sí,  ¿ quién se atreverá a llorar la muerte de los animales
cuando los humanos  todavía están pereciendo, quemados,
enterrados vivos, puestos frente al paredón para el verdugo,
que es nuestro señor de la guerra ?

¿ Dónde están  todos  mientras la kwashiorkor* se lleva
uno por uno  a nuestros niños de la guerra ?
Nuestro señor de la guerra nos dice que no  podemos
lamentarnos  o llorar  o elevar un canto fúnebre
o vestir nuestras lappas* negras o enterrar a los muertos
o enviar una carta al extranjero para contarles
a aquellos que no saben nada acerca de nuestros muertos.

Hoy cuando el sol entre en la cocina
a través de la puerta o la ventana, debemos
atrapar su sombra,  sus rayos, debemos encerrar al  sol,
en una caja, una caja de acero y ponerle candado.
Así mañana ya no habrá luz de sol para el mundo. Mañana.
Ya no habrá luz de sol. Mañana.


*Kawashiorkor: enfermedad producida por la falta de proteínas en la dieta.
Síntomas: estomagos inflados, hinchados.
*Lappas: Vestidos de mujer.

Traducción de Esteban Moore


EN EL COMIENZO

En el comienzo de todo, había mujeres, y todas las cosas
reptantes y no reptantes, eran buenas.

Eso fue antes de que el tiempo pudiera reconocer la luz del día de la noche.
cuando los hombres podían hablar las lenguas de las mujeres; antes

de que el cielo se hiciera azul y decidiera rolar, espumando, como
un gran vaso de fresco vino de palma. Antes de que los océanos aprendieran

a elevarse y caer, antes de que los ríos fueran llamados ríos.
Antes de que nombraran al río Cavalla, por  la caballa,

por los peces o a los peces por el pueblo, o el pueblo fuera bautizado
en honor del  río. Antes de que Cabo Palmas, de donde vengo,

se transformara en Cabo Palmas, antes incluso de que existiera un cabo
o palmeras. Antes de que el Cabo Palmas comenzara a procrear

palmeras que brotaron con ancas gruesas  y comenzaron
a elevarse,  y el cocotero hembra aprendió a ser la hermana de la

palmera que da nueces y ésta del bambú y la palmera
bambú  fue hermana de  la palmera de grandes hojas; o cuando su abuelo

les creó parentescos de sangre, o parentescos de paja o parentescos
de bambú, o parentescos de repollo, o parentescos de largas

hojas delgadas, o lo que sea que hace que las confundan con un par
de hermanas gemelas. Pero, la caña de bambú sabe cómo pincharme

el dedo cuando la toco con un furioso corazón; la palmera
pinchará suavemente, mientras el cocotero permanece en su altura.

Pechos de coco colgando de su torso, o cabeza, o de lo que fuera,
Sí y el  modo en que el bosquecillo de bambú nos pinchaba

los dedos de los pies cuando Mudi y yo vagábamos en su pantanoso
territorio. Eso ocurrió antes del tiempo en que las mujeres decidieran

nacer niños, a pesar de que los hombres sabían cómo, o antes
de que los hombres comenzaran a presumir sobre la cantidad de hijos

que tenían y de la cantidad de varones, contándolos con los dedos.
Iyeeh  dice que los hombres en ese tiempo realmente procreaban niños

y las mujeres presumían de ser  los padres de los bebés
y los niños corrían a refugiarse junto  a sus padres como

en la actualidad lo hacen con sus madres cuando un padre los llama
para castigarlos con un látigo. Eso fue mucho antes de que el camino

de los automóviles destruyera el nogal gigante, el roble, partiendo
los  pueblos y los bosques, transformándolos en rutas, y los árboles

de caucho surgieron allí donde estaban los bosques, y el café
se transformó en un árbol, convirtiéndose en primo hermano del cacao,

y las nueces de palma viajaron a la ciudad para ser convertidas en monedas.
Sorpresivamente, a nosotras las niñas nos crecieron alas como al pájaro de la pimienta,

No, no, como al águila, o como a los aviones jet, y podíamos volar o saltar
a la caja de un camión que se dirigía hacia la ciudad donde el alumbrado público

no puede distinguir al aldeano del habitante de la ciudad, donde un hombre
no puede distinguir a su esposa de su amante; los hijos de su hogar de sus

hijos fuera del hogar; donde todos han entregado su corazón a los bares
y las luces bamboleantes, y las personas pelean en las esquinas;

y luego de todo eso, yo y las niñas del mundo aprendimos
a correr salvajes, igual que flores silvestres, no, no, salvajes como hombres.

Todas las mujeres del mundo transformándose simplemente en hombres.

Traducción de Esteban Moore


DE VUELTA A CASA

Después de la lluvia, ese primer resplandor de sol, como
un nuevo amante, y parece que el mundo

            ha empezado de nuevo en toda su extensión.

Desde la colina, 
                   yo acostumbraba estirar mis rodillas
en la escalera de la entrada posterior para mirar la niebla

cabalgar encima de las ciénagas o las ciénagas encima
del río o la pobreza de la gente

encima de los ladrones, despojándonos de esta tierra.

En la ciudad, el mundo entero ha enviado
sus mensajeros a ayudar a los nuevos ricos
a tragarse la tierra
en medio de nuestros pies.

Los pobres se quejan. La tierra se queja.

Desde la tierra, la niebla se alza del suelo

sangriento, se levanta de los montones de esqueletos,
y las gentes
         en su sempiterna pobreza,

vuelven de la guerra, donde algunos de ellos
perdieron sus piernas y brazos y corazones y esperanza.
                           
Las gentes han regresado,
                   más pobres que la hormiga roja.

Traducción de Rafael Patiño Góez

Lectura en el Festival de Poesía de Medellín


Biografía
Patricia Jabbeh Wesley, nació en Liberia, 1955. Poeta, ensayista, editora y profesora universitaria.
Sobreviviente de la guerra civil que desangró a su país entre 1989 y 2003, en la que perdió a familiares y amigos. Autora de Before the Palm Could Bloom: Poems of Africa, 1998, que relata sus experiencias durante la guerra civil; Becoming Ebony, 2002 y The River is Rising, 2007.
Ha viajado por Norteamérica, China y varios países africanos, hablando sobre la Guerra, la situación de los refugiados del conflicto, relatando el drama de las mujeres y leyendo su poesía.

Fuente:Festival de Poesía de Medellín

martes, 15 de mayo de 2012

Microrrelato: Con el amor a cuestas

*Moon Culminations - Frederick Sommer 


Con el amor a cuestas

Habito la desnudez de su zapato, siempre me encierra en este rincón oscuro donde a penas puedo respirar, tampoco escucho los pasos agitados de la gente, la turbulencia que desprende la ciudad en la hora punta. Todos con el alma en vilo, apretando el paso, cuando la única certeza es: Hay que llegar. Ella también va de prisa y a pesar de que pretende no verme, sigo pegado a ella.
Fue el olor a sangre de la primera vez, cuando sus manos me apretaron con la fuerza de quien se sabe suyo para siempre, ahora sé, que eso fue sólo un espejismo y que el amor es a veces una carcajada feroz rumiando en las entrañas.
Soy insignificante y siento como poco a poco voy perdiendo forma. Me faltan las fuerzas. La oscuridad lo embarga todo y esta estrechez es mi caverna diaria de melancolía.
Laura, vuelve, por favor: Rescátame. No quiero desaparecer y, aunque me ignores y me encierres en este sitio infame: Soy yo, tu fiel compañero, tu antigua cicatriz, la de tu pie izquierdo.

Mis cuentos: María Germaná Matta


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Web de Frederick Sommer

viernes, 11 de mayo de 2012

Nazik Al Malaika, poesía

 *Raquel Forner - Amanecer 1944

Yo

La noche se pregunta quién soy yo.
Yo soy su secreto profundo, inquieto
y negro, su secreto rebelde.
He escondido mi esencia en el silencio.
He envuelto el corazón en conjeturas.
Y me he quedado aquí, pálida, inerte,
viendo cómo los siglos se preguntan
quién soy.

El viento se pregunta quién soy yo.
Soy un soplo asombrado, renegada del tiempo,
y, lo mismo que él, no tengo sitio.
Seguimos caminando sin final,
pasando eternamente, y al llegar a la cumbre,
encontramos tan sólo el fin de la miseria;
entonces, el vacío.

El tiempo se pregunta quién soy yo.
Como él, una orgullosa que devora las eras,
y las dota de vida nuevamente.
Creo el lejano pasado
de una esperanza fácil, seductora,
para volver yo misma a sepultarlo.
Y así poder forjarme un ayer diferente,
y de helado mañana.

La esencia se pregunta quién soy yo.
Como ella, marcho fija en las tinieblas,
sin que nada la paz me proporcione.

Yo sigo preguntando, y la respuesta
sigue siendo también un espejismo.
Y aunque la creo cercana —como siempre—
al llegar a su lado, se ha disuelto.
Desaparece. Muere.

De: Astillas y ceniza, 1948
Traducción de Manuel Jiménez Lucena

LAVAR LA DESHONRA

¡Mamá! Un estertor, lágrimas, negrura.
La sangre fluye, el cuerpo apuñalado tiembla,
El pelo ondulado se ensucia de barro.
¡Mamá! Sólo se oye al verdugo.
Mañana vendrá la aurora,
Las rosas se despertarán
A la llamada de los veinte años
Y la esperanza fascinada.
Las flores de los prados responden:
Se ha marchado... a lavar la deshonra.
El brutal verdugo regresa y dice a la gente:
¿La deshonra? –limpia su puñal-
Hemos despedazado la deshonra.
De nuevo somos virtuosos, de buena fama, dignos.
¡Tabernero! ¿Dónde están el vino y los vasos?
Llama a esa indolente belleza de aliento perfumado
Por cuyos ojos daría Corán y destino.
Llena tu vaso, carnicero,
La muerte ha lavado la deshonra.

Al alba, las chicas preguntarán por ella:
¿Dónde está? La bestia responderá:
la hemos matado. Llevaba en la frente
el estigma de la deshonra
y lo hemos lavado.
Los vecinos contarán su funesta historia
Y hasta las palmeras la difundirán por el barrio,
Y las puertas de madera, que no la olvidarán.
Las piedras susurrarán:
“Lavar la deshonra”
“Lavar la deshonra”

Vecinas del barrio, chicas del pueblo,
Amasaremos el pan con nuestras lágrimas,
Nos cortaremos las trenzas,
Nos decoloraremos las manos
Para que sus ropas permanezcan blancas y puras.
No sonreiremos ni nos alegraremos ni nos giraremos
Porque el puñal, en la mano de nuestro padre
O de nuestro hermano, nos vigila
Y mañana, ¿quién sabe en qué desierto
Nos enterrará para lavar la deshonra?

Traducido del árabe por: María Luisa Prieto
Del poemario El hueco de la ola (1957)

CALENDARIO

Para nuestros pasos había un pasado; está muerto
Desde hace cientos de años.
Los años han borrado su recuerdo
Y lo han colocado entre los muertos.

Durante mucho tiempo hemos buscado
Sus astros desaparecidos,
Hemos recurrido al imposible
Para devolverle la vida.

Hemos intentado, traspasando los siglos,
Hacerle volver a sus comienzos,
Esperando recobrar nuestros sentimientos,
Y hemos regresado con las manos vacías.

Hemos atravesado las tinieblas,
Franqueado lo impasible, inmóvil,
Excavando los huesos amontonados,
Y no hemos encontrado lo extraviado.

Hemos visto, allí, frentes
Que no veían porque estaban ciegas,
Ojos ensimismados en la vida
Silenciosa, porque estaban mudos.

Hemos visto restos de corazones
Embalsamados con el recuerdo.
En vano habían intentado encontrar

El sentido... eran restos.

Hemos visto labios vacíos
Que no emitían quejas ni sentían hambre
Y manos marchitas, plegadas,
Cuya desgracia no provocaba lágrimas.

Nos preguntamos por nuestro pasado

Y tropezamos con un ataúd.
Allí, sobre la tumba, yacía el tiempo descolorido.

Regresamos al calendario:
¿Se puede engañar a los días?
Y oímos gritar a los restos
Tras el sarcasmo de las cifras.

Vimos el mañana esperado
Arrastrando su mitad paralizada,
Arrastrando su mitad despreciada,
Su mitad congelada, inerte.

Allí, un libro se cerraba
Y finalizaba el antiguo canto.
Mañana, la vida germinará
Sobre las heridas del doloroso tiempo.

La voz del ayer se perderá
En el torbellino profundo del tiempo
Y sentiremos en nuestras copas
La palpitación del sueño que se despierta.

Del poemario: Chispas y cenizas (1949)
Traducción de María Luisa Prieto


Enigmas
Déjame en mi silencio con mi frustrado sentimiento
No preguntes por los enigmas de mi incertidumbre callada

Déjame con mi enigma sin buscar mis profundidades
Conténtate en comprender mis sentimientos con los secretos

No preguntes, pues a veces yo soy un enigma entre ellos
Deja en lo invisible los secretos y no entiendas

Que mi alma no anhele vivir como la gente
Que a veces yo olvido, humano sentimiento,

Incluso tu amor... incluso tus horizontes que me torturan
Y soy un espíritu que se extiende como espectro enamorado

Mi corazón anónimo tiene grandes misterios
Diferentes, sin consciencia humana

Por eso te siento como algo humano e inquieto
Del que la cumbre de mis sueños rechaza cualquier destello

Por eso te siente mi alma como la de algunos muertos
Diciendo tu eres amor, nada queda sino yo misma

En tu rostro miro pero sin verlo
En mi alma busco algo que me lo recuerde

Recuerdo, sin saber qué, ¿qué éramos?
Algo sin forma que lo defina... sin color

La oscuridad en mi alma permanece en su oscuridad
Déjala sin preguntarme sobre ella, sobre sus melodías

Déjame con mis grandes misterios, mis secretos,
Mi silencio, con el balbuceo de mis pensamientos

Hay en mí una parte de eternidad que no comprendes
Hay en mi corazón un gran sueño que no conoces

Déjalo, ¿qué es lo que te preocupa para preguntar con insistencia?
El amor se muere si no lo cubren los secretos

Soy como la noche: callada, profunda, horizonte
Soy como las estrellas: incertidumbre, lejanía, destello

Compréndeme si la noche se comprende, comprende mis
sentimientos
Y tócame, tócame si las estrellas pueden ser tocadas.

Del poemario: Estelles i cendra 1948
Traducción Manuel Jimenez Lucerna



Poemas del video en español (traductor del Google):
Que silenciar el rebelde disfrazada Knhi Balscon y rodó mi Baznon permaneció Sahma aquí Arnault y me preguntan de los siglos Yo soy el que soy yo? y el viento pregunte quién soy yo el espíritu Hieran El que me niega el tiempo, me gusta en ningún lugar nos quedamos caminamos no es el fin del tigre de estancia no se queda Si llegamos a la curva de la miseria Khalnah conclusión Si el espacio! y siempre preguntando quién soy me gusta con la edad de plegado de gran alcance y la espalda le dan la resurrección. puedo crear un pasado lejano de la tentación de la esperanza acomodada e ir a enterrarlo yo me Osog el mismo ayer un nuevo de hielo de mañana y la persona que pregunte quién soy me gusta tecla A mirando a la oscuridad de la nada me da la paz mantuvo seguía preguntando y la respuesta seguirá siendo oscuro espejismo sigo ADN creo que ha llegado, si funde y se desvaneció y perdió
Diseño: Reem M.. Arab Media Group Producción

Biografía:
Nazik al Malaika (1922-2007) está considerada una de las más importantes e influyentes poetas árabes del siglo XX, principal impulsora del movimiento del verso libre e introductora en la poesía iraquí de los elementos característicos de la poesía romántica y modernista occidental. Estudió Crítica Literaria en la Universidad de Princeton y se graduó en Literatura Comparada por la Universidad de Wisconsin. Contribuyó a la fundación de la Universidad de Basra en los años 60 y enseñó literatura en la Universidad de Kuwait. Tras la invasión de Saddam Husseyn, vuelve a Bagdad. La Guerra del Golfo de 1990 le llevó a instalarse en El Cairo hasta su muerte. Sus obras más importantes son La amante de la noche (1947), Astillas y ceniza (1949), El interior de la ola (1957), El Árbol de la luna (1968), Para la oración y la revolución (1979) y El mar cambia sus colores (1999). Mostró un gran interés por la situación de la mujer árabe, el panarabismo y todo aquello que en literatura significara novedad; además de un gran amor por el exacto conocimiento y el buen uso de la lengua árabe.


Fuente de información y poesía de Nazik Al Malaika en:

*Web de Raquel Forner: 









jueves, 10 de mayo de 2012

Gioconda Belli, Mujer Irredenta


(leído por la autora)


MUJER IRREDENTA

Hay quienes piensan
que he celebrado en exceso
los misterios del cuerpo
la piel y su aroma de fruta.

¡Calla, mujer! me ordenan
No nos aburras más con tu lujuria
Vete a la habitación
Desnúdate
Haz lo que quieras
Pero calla
No lo pregones a los cuatro vientos.

Una mujer es frágil, leve, maternal;
en sus ojos los velos del pudor
la erigen en eterna vestal de todas las virtudes.
Una mujer que goza es un mar agitado
donde sólo es posible el naufragio.

Cállate. No hables más de vientres y humedades.
Era quizás aceptable que lo hicieras en la juventud.
Después de todo, en esa época, siempre hay lugar para el desenfreno.
Pero ahora, cállate.

Ya pronto tendrás nietos. Ya no te sientan las pasiones.
No bien pierde la carne su solidez
debes doblar el alma
ir a la Iglesia
tejer escarpines
y apagar la mirada con el forzado decoro de la menopausia.

Me instalo hoy a escribir
para los Sumos Sacerdotes de la decencia
para los que, agotados los sucesivos argumentos,
nos recetan a las mujeres la vejez prematura
la solitaria tristeza
el espanto precoz a las arrugas.

¡Ah! Señores; no saben ustedes
cuánta delicia esconden los cuerpos otoñales
cuánta humedad, cuánto humus
cuánto fulgor de oro oculta el follaje del bosque
donde la tierra fértil
se ha nutrido de tiempo.

Gioconda Belli - Nicaragua 1948, escritora 

sábado, 5 de mayo de 2012

Piedad Bonnett, poesía

Paul Klee - Small Landscape


Regreso

Uno a uno han llegado los hermanos
atendiendo el llamado desnudo de la muerte.
Regresan
de sus altas ciudades invernales
con sus abrigos fúnebres y sus pequeños odios, sus rencores,
y un miedo antiguo
golpeando sus pechos como una dura aldaba.
Mientras la madre muere lentamente,
reconocen sus cuartos, saquean la cocina,
hablan del tiempo,
hablan de patria,
y cuando alza su vuelo el moscardón azul de algún recuerdo,
en la sala en penumbra,
como un grupo de extraños que en un vagón del tren mira el
                paisaje
ensimismados, callan.
Ahora está llorando quedamente
la madre sostenida por su cielo de almohadas:
alguien ha de haber muerto – razona – y se lo ocultan.
Si no, ¿Cómo se explica que hayan venido todos,
al mismo tiempo todos,
y se vean tan tristes, sus muchachos?

De: Tretas del débil

Ahora que ya no soy más joven

Ahora que ya remonto la mitad del camino de mi vida,
yo que siempre me apené de las gentes mayores,
yo, que soy eterna pues he muerto cien veces, de tedio, de agonía,
y que alargo mis brazos al sol en las mañanas y me arrullo
en las noches y me canto canciones para espantar el miedo,
¿qué haré con esta sombra que comienza a vestirme
y a despojarme sin remordimientos?
¿Qué haré con el confuso y turbio río que no encuentra su mar,
con tanto día y tanto aniversario, con tanta juventud a las espaldas,
si aún no he nacido, si aún hoy me cabe
un mundo entero en el costado izquierdo?
¿Qué hacer ahora que ya no soy más joven
si todavía no te he conocido?

Canción del sodomita

Habrá una grandísima peste...
Éxodo, 9,3.

Han izado el amor. Lo están clavando
coronado de ortigas y de cardos.
Le han cortado las manos, han echado
sal y azufre en sus pálidos muñones.
Ah, mi joven amado, el tiempo es breve.
Suenan ya las trompetas e iracunda
la luna enrojecida afrenta al cielo.
Déjame acariciar tu frente ardida en sueños,
contemplar para siempre tus párpados violeta.
Deja que desanude mi deseo,
que coloque la palma de mi mano
sobre la rosa hirviente que florece en tu pecho.
Ah, mi joven amado que duermes mientras huye
la multitud con un largo sollozo:
una lluvia de sangre cae sobre Sodoma.
Dame tus muslos blancos, tu axila, el dulce cuello,
antes de que en silencio se deslice
el ángel con su espada de exterminio.

De:"El hilo de los días"

Certeza

"Siempre hay paz en la certeza..."
Truman Capote

Hasta el fondo del vaso
desde tu oscuro fondo
caían las palabras
difíciles
amargas
caían como gotas espesas y brillantes
que iba sorbiendo el tiempo

como arena finísima
caían
haciendo un agujero
en mi mano extendida

y cada gesto
era ya para siempre

ideograma de tintas visibles
de un idioma
que iba olvidando mientras lo aprendía

y el instante nacía cada vez
para morir
en memoria y en fuga de presente.

Tenerte era perderte.

No tenerte
es esperar
confiada
que no llegues.

De: "El hilo de los días"

Contabilidad

El debe y el haber:
doble columna
que el tiempo va asentando
sobre el libro de cuentas de los días
con mano minuciosa
y rigor que no admite apelaciones.
Tarde ves el balance,
las deudas, los desfases,
las pérfidas movidas del contable
que hizo que aquel cruzara muy temprano
y este otro muy tarde por tu vida.
Y está lo que no ves,
lo consignado con miserables tintas invisibles:
la puerta que tocaste diez minutos después
de alguna despedida. La voz que nunca oíste,
la calle no cruzada, el paradero
en que tuviste miedo de bajarte.
Y en un rojo indeleble,
la cadena de tratos y de pactos y traiciones
la irreversible línea que te suma y que te resta,
                                                               la que te multiplica y te divide

De: Las Herencias

Piedad Bonnett – Antioquia, Colombia 1951 – Poeta, novelista, dramaturga y traductora.

Más información en: