Foto de Grace Grarcía - serie agua
de pronto caer
un
paisaje acolchonado de flores-colores verde-lila-amarillo-ámbar
un
par de paisanos sentados en una banquita arrinconada en la puerta
ocre
de quizás una fonda o un bebedero de animales pestilentes
los
dos tenían rasgos duros y no conversaban pero para todos
quedaba
claro —no hacían más que sonreírle— rendían el tradicional
tributo
a la madre naturaleza ¿existirá algo parecido a los personajes
de
los cuadros que se venden en las plazas cusqueñas?
¿el
sol rutilante y delgado que me sobrevive en la piel?
El
aire morado de las madrugadas occidentales brilla
en
una laguna de aire desafinado y distante
flota
como una bandera pirata en las pizzerías
en
las bocas desmedidamente pintadas de las picanterías
embaldosando
las sombras de discretos
funcionarios
que es imposible reconocer bajo el fragor
de
tantas cocinas ardiendo Es el Huerto de los Olivos
la
Torre Eiffel que alguno lleva colgada al pecho como una
virgen
que sangra y descuidadamente besa y ahora reclama
la
misma distancia y el temblor con que yo beso al israelí
tras
un vidrio embaldosado de un trance de repeticiones y rejas
Un
campo pedregoso de tulipanes y diablos azules que el Cusco
arroja
al cuello apertrechado del israelí que orgulloso me muestra
un
zoológico de tatuajes que una linterna ilumina en suaves
codazos
y arañazos
bailamos o así creí gozamos o así sentí
brotaban
las peñas de un algodonoso olvido de un precipicio genital
a
un cielo ilimitado de formas ¿Llanto? jamás se llora
me
golpeaba el cuerpo en la caída sentí el dolor en la esponja
de
los pies el llamado arrítmico de aquellas flores que desaparecerán
como
los golondrinos en el pecho rojo de unos hermosos telares
mi
hermana me dio la mano en un acto instintivo
yo
no quería desvanecer
me tendió su mano de hermana
Una
calle sin pasamanos ni franela roja donde limpiarse los pies
abandonar
los recuerdos tomar un minuto en blanco
olvidarse
de nada quedar en nada
mar
que se bebe su botella sin el buque hundido dentro
De:
Ludy D
me separo de mi hija sin
mala conciencia
la
oscuridad no se detiene
hace
lo que una bola de grasa
en
un paisaje empantanado de ojos
yo
terminaría esta novela
con
una frase de Bolaño
pero
no es Chile se trata del Perú
y
eso puede tomar tiempo
y
el desierto no termina
y
mi hija sabe que su madre anda
extraviada
en
alguna carretera
de
innavegados cactus
y
lo perdona
y
levanta sus alas
las
palomas arañan los edificios más altos
una
antena con dedos de mujer
sostiene
un monumento arcano a la sed
todos
van colgados a una sed que no termina
como
a un prójimo
el
anuncio comercial
que
me acuesta desnuda sobre un botellar de cervezas
y
me expulsa del paraíso
nadie
sabe que desde ahí domino el mundo
del
agua
desde
mi triste traje de baño cantonés
siento
frío y hambre
las
jarcias son fronteras que difícilmente
me
separarán del muelle
un
lenguaje una obsesión que no termina
De:
Ludy D
el aliño de cada noche sin
estrellas
el
metal que es el fondo de las cosas
cuando
parece que todo ha vuelto
a
la normalidad y el empleo
no
se reducirá más
que
a la forma de acogotarse
sin
sentido en un rincón
quiero
bailar hasta que no haya aire
verme
en un cielo de pájaros
cada
piedra se buscaba en el estertor de otra
más
musical menos sonora
sentí
mis cicatrices como un lienzo de colores
extraños
. expandiéndose
la
unción de brazos y piernas que la música
embadurna
de incandescente saliva
Mohamed
se ha cansado de explicarme
cómo
los desiertos se sobreponen
al
espejismo del agua
yo
te hablaría si supiera qué decir
Mohamed
tocaría
esa línea imaginaria que se interna
en
una roja e impenetrable
carretera
sólo
que esa lengua se me hace ininteligible
las
luces atormentadas por la ansiedad del polvo
no
me dejan ver
la
aureola aceitosa del pueblo
con
el que empiezo a fantasear
y
cubrir de verde una colina de autos
o
era un cementerio de autos
o
era un cementerio de cosas
no
existe más que la verdad y eso duele
De:
Ludy D
Biografía
Nació
en Lima – Perú 1966 – Poeta y activista cultural. Estudió
derecho y ciencias políticas en la Universidad Nacional Federico Villarreal,
comunicación social y literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
y una maestría en Derecho Internacional y Género en la Universidad de Helsinki.
Libros
de poesía publicados: Abajo, sobre el cielo (Editorial Nido de Cuervos, Lima
1999), Animal del camino (Ediciones El Santo Oficio, Lima 2001), Ludy D
(Editorial Flora Tristán 2006).
Fuente: http://www.letras.s5.com/
Vídeo
poema de Roxana Crisólogo - Yo era una niña
yo era una niña
mi
primer poema retumbaba
en
las orejas de mis vecinos
como
un vendedor callejero
todo
lo que nos sirve
se
extiende sobre la lengua amplia
y
puntiaguda de la tarde
si
hubiera habido agua para lavar
la
melena sedosa del sol
la
urdimbre de orfebrería que el deseo
acantonó
en plazas de una existencia
inmóvil
ah
muslos de las dunas deshojadas
atravesar
el denso tapiz de la neblina
que
las palmeras impregnan
de
una incomprensible laboriosidad
que
aqueja
volarle
los sesos a la luna
es
verdad
no
había agua para regar un jardín
el
desierto era aquella humanidad
y
el polvo
que
mi madre empuja con la escoba
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