miércoles, 24 de febrero de 2016

Erica Jong - tres poemas

Foto mía Cajamarca - Perú

Mejores amigos

Los hicimos
con la imagen de nuestros miedos
para llorar en las puertas, en las despedidas-
aún las más breves.
A rogar por comida en la mesa
y para mirarnos con esos ojos
enormes dolorosos,
y para quedarse a nuestro lado
cuando nuestros hijos nos huyen,
y para dormir en nuestras camas
en las noches más oscuras,
y temblar cuando truena
como nosotros en nuestros
miedos infantiles.
Los hemos hecho de ojos tristes,
amorosos, leales, miedosos
de la vida sin nosotros.
Hemos cultivado su dependencia
y pena.
Los mantenemos como recordatorios de nuestro miedo.
Los amamos
como los anfitriones sin reconocimiento
de nuestro propio terror
de la tumba-y del abandono.
Sostén mi pata
que me estoy muriendo.
Duerme sobre mi ataúd,
espérame,
con ojos tristes
en medio del camino
que hace curva más allá de la pared del cementerio.
Te oigo ladrar,
yo escucho tu aullido luctuoso-
oh, que todos los perros que yo he amado
lleven mi ataúd,
aúllen al cielo sin luna,
y se acuesten conmigo durmiendo
cuando me haya muerto.



Foto mía Cajamarca - Perú
El fin del mundo

"Te escribo desde el fin del mundo"
HENRI MICHAUX
Aquí, en el fin del mundo,
las flores sangran
como si fueran corazones;
los corazones exudan una oscuridad
parecida a la tinta china
donde los poetas mojan sus plumas
y escriben.
"Aquí, en el fin del mundo",
escriben,
sin saber lo que significa.
"Aquí, donde el cielo mama leche negra,
donde las chimeneas alimentan el cielo,
donde los árboles tiemblan aterrorizados
y la gente llega a parecérseles..."
Aquí, en el fin del mundo,
los poetas sangran.
Se supone que sangrar y escribir
son la misma cosa;
se supone que cantar y sangrar
son la misma cosa.
¡Escríbenos una carta!
¡Envíanos un paquete de comida!
Confórtanos con proverbios o fruta azucarada,
háblanos de un Dios.
Distráenos con teorías del arte
que nadie puede probar.
Aquí, en el fin del mundo,
tenemos las cabezas vacías,
y el viento las atraviesa
como fantasmas
en una casa encantada.


 cuadro de Matisse

Autorretrato

No se trata de una mujer esbelta,
pero su piel era leche
mezclada con mermelada de fresa,
y entre sus piernas había nacido la palabra púrpura,
y su cabello era del color del trigo y la mantequilla.
Sus ojos eran oscuros como el Atlántico Norte.
Aprendió las intraducibles palabras del alba.
Estudió sus propios miedos y escribió sus versos.
Utilizó el hueco de su corazón para hacer música de viento.
Edificó casas de libros sobre su sótano vacío.
Primero se alimentó de su musa,
luego se transformó en su propia madre.

Biografía
Erica Jong (Nueva York, 1942) Escritora estadounidense. Hija de judíos escapados de Rusia, su madre, pintora de profesión. Se graduó en el exclusivo Barnard College y posteriormente obtuvo el doctorado en Literatura inglesa del XVIII en la Universidad de Columbia (Nueva York). Fue miembro del Departamento de Inglés de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, en los períodos 1964-65 y 1969-70.
Cultivó todos los géneros, desde la poesía y el ensayo hasta novela. Entre los libros de poemas que ha publicado destacan Friuts and Vegetables ( 1971); Half-Lives(1973), At the Edge of the Body (1979) y Ordinary Miracles (1983). Pero fue la novela Miedo a volar (1973) la que le dio la fama. 

Fuente: Myslide


3 comentarios:

Carmela dijo...

El autorretrato, me parece soberbio.

Un abrazo, María.

batalla de papel dijo...

Gracias Carmela, de los tres poemas publicados es el más impactante. Autorretrato, encierra pequeñas grandes verdades que como mujeres nos conmueven.
Un abrazo

don dumas dijo...

que nada nos vuelque en insidia, qué grandes amigos murieron sin el castigo de un abrazo...