jueves, 10 de mayo de 2012

Gioconda Belli, Mujer Irredenta


(leído por la autora)


MUJER IRREDENTA

Hay quienes piensan
que he celebrado en exceso
los misterios del cuerpo
la piel y su aroma de fruta.

¡Calla, mujer! me ordenan
No nos aburras más con tu lujuria
Vete a la habitación
Desnúdate
Haz lo que quieras
Pero calla
No lo pregones a los cuatro vientos.

Una mujer es frágil, leve, maternal;
en sus ojos los velos del pudor
la erigen en eterna vestal de todas las virtudes.
Una mujer que goza es un mar agitado
donde sólo es posible el naufragio.

Cállate. No hables más de vientres y humedades.
Era quizás aceptable que lo hicieras en la juventud.
Después de todo, en esa época, siempre hay lugar para el desenfreno.
Pero ahora, cállate.

Ya pronto tendrás nietos. Ya no te sientan las pasiones.
No bien pierde la carne su solidez
debes doblar el alma
ir a la Iglesia
tejer escarpines
y apagar la mirada con el forzado decoro de la menopausia.

Me instalo hoy a escribir
para los Sumos Sacerdotes de la decencia
para los que, agotados los sucesivos argumentos,
nos recetan a las mujeres la vejez prematura
la solitaria tristeza
el espanto precoz a las arrugas.

¡Ah! Señores; no saben ustedes
cuánta delicia esconden los cuerpos otoñales
cuánta humedad, cuánto humus
cuánto fulgor de oro oculta el follaje del bosque
donde la tierra fértil
se ha nutrido de tiempo.

Gioconda Belli - Nicaragua 1948, escritora 

3 comentarios:

marcelo dijo...

Me ha gustado la bella interpretación de los cuerpos otoñales.

buenas tardes.


no entiendo porqué hay que poner verificacicón de la palabra.De que sirve, además de comer tiempo sin sentido alguno. Gracias.

Gil dijo...

Conozco mujeres que a esas edades despiertan volcanes y funden la lava que de ellos sale.

Hermoso poema, Gioconda.

Besos y se feliz!

batalla de papel dijo...

Gracias Marcelo. A mí también me gusta este poema por la fuerza de su significado.
Lamento lo de la verificación, hace poco la quité pero el correo se llenó de spam y tuve que volverlo a poner.
Un abrazo