Imagen de la red
Amantes
en los satélites de Plutón
Los amantes no saben de Caronte
que se encarga diligente
de llevar al infierno sus almas
torturadas
por la separación y por los
celos.
Tampoco son conscientes
de la fuerza de Nix,
la diosa primordial
de toda oscuridad.
Ella sabe que ellos
son siempre vulnerables.
Al principio se nutren de la luz,
pero muy poco a poco
se alimentan de todo lo corrupto,
lo oscuro, lo escabroso, la
venganza.
Entonces esta diosa
los lleva,
con los ojos vendados,
al sinuoso inframundo.
Después,
los amantes no pueden avanzar
si no matan a Hidra,
la terrible serpiente de tres
cabezas
que custodia una entrada al
inframundo.
Cada cabeza es
un vicio del infierno
que amenaza cortar
sus lazos amorosos por toda la
eternidad.
También deben hacerse amigos de
Cerbero
el perro que custodia la entrada
al inframundo.
Sólo pueden entrar
en el reino en tinieblas
si van acompañados de este
guardián leal.
Si osan entrar solos ya no podrán
volver
y serán destruidos, sin compasión
alguna.
Por último,
con Estigia
los amantes procuran
regresar de las crueles
pesadillas
al mundo de los hombres.
Deben con esta diosa
navegar por el río del reino
sumergido
en el cruel inframundo
y no perder sus almas
en los peligros más abyectos.
Los amantes que triunfan
superando las pruebas iniciáticas
de todos los satélites
del planeta Plutón
consiguen una piedra que custodia
su vínculo,
con sus nombres grabados para
siempre.
Ana Muela Sopeña
Satélites de Plutón: Caronte,
Nix, Hidra, Cerbero y Estigia
2 comentarios:
Muchas gracias, María, por traer mi poema a tu espacio. Es un honor y una alegría.
Un fuerte abrazo, amiga
Ana
Ana, el honor es mío por tener este magnífico poema en Batalla de Papel.
Otro abrazo para ti
María
Publicar un comentario