Imagen de Remedios Varo
Cualquier cosa
Esta
noche juraría que el hombre en la luna es un violador,
y
las estrellas no son más que cicatrices,
heridas
de balas disparadas por la humanidad desde un coche
apuntando
a la cara del cielo.
Esta
noche llorar sería demasiado fácil.
Me
satisfaría demasiado
y
no, no quiero que me toques
porque
tus manos están limpias
y
yo soy asquerosa,
culpable
con la sangre de algo bello cubriéndome entera.
He
sido débil y he echado tanto veneno
que
en todos los ríos a mi alrededor se mueren los peces,
y
los árboles compiten por algo de luz
pero
yo soy la noche eterna
escribiendo
rimas sobre atrapasueños y la paz mundial
cuando
incluso mientras duermo estoy luchando en guerras
que
pulverizan el esmalte de mis dientes
y
me despierto con la mandíbula contraída y el cuerpo doblado
pensando,
‘¿Cuántos platos he roto esta semana?’
en
un intento de no romperme a mí misma
azotándome
la piel brutalmente con el cinturón
porque
es difícil querer sobrevivir.
Y
todos los grandes terapeutas de este mundo dirían,
“Puede
que tu ira sea buena.
Puede
que tu rabia signifique que estás saliendo de la jaula
de
todo lo que has sido”
Entonces
intento ser Zen, entonando mantras de
om
mani padme hum
pero
dios me tiene demasiado miedo como para escucharme,
y
mi corazón golpea a otro niño en la tienda de caramelos
y
su madre llama a la policía
y
cada vez que el reloj hace tick
yo
empiezo tick tick tick diciendo más burradas,
mi
voz sonando como la crucifixión de todo lo sagrado.
Hay
ampollas en mi lengua
del
golpeteo de mis uñas en los corazones de profetas,
y
justo cuando creo que puedo pararlo
satán
resucita dentro de mí
y
todo a mi alrededor se convierte en infierno.
Anoche
robé peniques de una fuente de los deseos
para
comprar cuerda con la que linchar cada pulgada de esperanza del planeta
y
todo…
porque
tú tienes otra novia y no lo soporto.
Quería
que llegáramos a los ochenta años juntas,
quería
que pariéramos poemas como si fueran bebés juntas
y
les viéramos crecer para salvar el mundo.
Porque
nena, eres la única
que
pudo hacer que el sol subiera dentro de mí.
Y
juro que la tierra bajo mis pies
solo
es suave porque caminas a mi lado.
Hubo
momentos en los que pensé que estaba tan perdida
que
ni dios me hubiera encontrado
y
entonces te colocaste detrás de mí
y
besaste una cruz en mi espalda
Y
son cosas así las que me tienen loca
porque
pensaba que a lo mejor los alientos que tomásemos juntas
nos
harían vivir para siempre
y
ahora me estás matando.
Mírame,
me estoy muriendo,
ni
si quiera tratando de evolucionar cuando
quería
estar ahí en cuarenta años
cuando
el médico llamase para decir que
tu
madre posiblemente no sobreviviera un día más.
Y
no lo iba a hacer simplemente bien,
iba
a hacerlo perfecto.
Iba
a hacer que mi amor se sintiese
como
la primera vez que montaste en tu bici sin las ruedecillas,
iba
a ponerme de rodillas delante de ti cada día
como
si no hubiese nadie más delante de ti,
porque
he escuchado tu corazón latir
como
una brisa que podría hacer a cualquier violencia ponerse de rodillas
y
las mejores líneas que he escrito jamás…
Plagié
cada palabra de tus pensamientos que escuché
mientras
estabas sentada en silencio,
mirando
hacia Marte
pero
tú nunca pides deseos a estrellas fugaces
tú
pides deseos a las que
tienen
el coraje de brillar donde están
sin
importar lo oscura que sea la noche.
Y
cómo le doy la espalda a esta luz
cuando
quería que llegáramos a los ochenta años juntas,
parir
bebés como si fuesen poemas contigo
y
dejar que se escribieran a sí mismos.
Iba
a sostener tu corazón al lado de mi oreja como si fuese una caracola de mar
hasta
que pudiese escuchar las mareas de cada lágrima que hubieras llorado,
después
construir islas en los mares de tus ojos
para
que vieses que hay tierra hacia la que nadar.
Sostener
tu mano y decirte “Las tormentas nacen
del
mismo cielo al que escribimos himnos cuando brilla el sol.
Algunas
veces son necesarias las tempestades para que se despierten los arcoiris
que
enrollarán nuestro dolor en aureolas.”
Iba
a tallarme tu nombre en la muñeca
para
que mi pulso pudiera besarte.
Iba
a amarte tan bien
que
me despertaría cada mañana
y
te diría cosas como esta,
“Dichosos
son los momentos en los que estás conmigo
cuando
te vas la vida duele como un infierno
pero
haría cualquier cosa para hacerte feliz
incluso
si eso significa dejarte libre
para
que estés con otra persona”
Andrea Gibson (2011) The madness vase. En The madness
vase. Long Beach, CA: Write Bloody Publishing.
Traducido
por Nines B. Rodríguez
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