martes, 18 de diciembre de 2012

Kristina Lugn, poesía


 Arno Rafael Minkkinen - Father and son

(Sin título)

Pero la verdad es que yo prefiero
ir con un señor de cierta edad y culto
a una buhardilla desierta
cuando dan las doce de la noche
la verdad es que prefiero
pasear al azar bajo la lluvia
por una cima alpina rigurosamente prohibida
con un señor culto pisándome los talones

¡Quiero que vengas ahora!
¡Quiero que vengas ahora mismo!

Tú que no te distraes constantemente
con problemas de abstinencia y almorranas
sino que tienes tiempo y paciencia para escuchar
sentido común y un talento normal
en una combinación encantadora

Tú que no crees que tenga importancia
que me sea difícil controlar
mi peinado y mis animales enfermos
que salen de las sombras a cada instante
cuando no puedo dormir
y roen agujeros repugnantes
en mis hermosas sábanas blancas

Tú que no crees que tenga importancia
que se comporten mal en la mesa
y huelan atrozmente
cuando llegan con su horrible hambre chillando
y quejándose y cantando tristemente y llorando
a la cama Dux que he conservado
esperando tiempos mejores

Si estás dispuesto a aceptarme como soy
y no piensas enfadarte
con mi migraña y mi ropa interior
si quieres echar una mano en algo
cuando no hay ningún remedio
y si eres un señor culto y bien vestido
con buen humor y vivaz intelecto
entonces no importa
que tengas algún pequeño handicap
problemas de relación obligaciones familiares
mandíbula caída y hepatitis
y pardonit y gastritis

Lo principal es que seas bueno
y puedas protegerme de todos los peligros
que se multiplican en grifos y vitrinas
que le he comprado a plazos
a mi madre
                                                         Bekantskap önskas med äldre bildad herre, 1983

(Sin título)

¡Quiero que vengas ahora!
¡Quiero que vengas ahora mismo!
Tráete la calculador.
Y el piano de cola Steinway.
Coge tiritas aspirinas colonia y compresas
una botella de agua mineral una botella de ginebra una botella de
whisky y
un vaso para el cepillo de dientes
una botella de Ajax una caja grande de somnífero una planta
una pizza
y un pulmón artificial.
¡Quiero que vengas ahora mismo!
¡Tú, sí quiero que vengas ahora mismo!
Y que me tomes por asalto.
Apagarás la lámpara del techo.
Y encenderás los candelabros.
Desconectarás el teléfono.
E inflarás los colchones de goma.
Secarás mis lágrimas y me harás comprender las cosas.
Cuando se ponga el sol tras la Ópera.
Y sea hora de irse a casa.
Entonces vendrás junto a mí.
Con tu corazón.
Y tu escopeta.
Para que nunca más vuelva a perder la cabeza.
En un cuarto de estar decorado con gusto.
Para que nunca más vuelva a estar en el alféizar de la ventana.
Con el aire un poco ido.
Y una rosa silvestre en la mano.
Para que nunca más vuelva a arrastrarme por los vagones del metro.
Con una canción calamitosa.
En mis labios agrietados.
¡Tienes que venir ahora, tienes que venir ahora mismo!
Simplemente porque si no yo no puedo resistir.
Simplemente porque me ahoga este maldito anhelo.
Simplemente porque soy una mujer completamente normal.
Del todo sano y un poco regordeta.
Bastante hacendosa, amiga de ayudar y nerviosa.
Buena y dulce y muy miedosa.
Con interés por todo y una latente veta literaria.
                                                         Bekantskap önskas med äldre bildad herre, 1983

(Sin título)

Ya es hora de que me deshaga de mi languidez
de retrasada mental.
Y quiero que ello ocurra en un ambiente refinado.
Esta es mi última voluntad.
Y estoy firmemente decidida a respetarla.
Es por eso por lo que es muy importante que parezca contenta cuando
los grandes almacenes NK abran por fin su entrada principal.
Es muy importante que entonces parezca una despierta y extrovertida
cuidadora de niños in spe.
La espalda bien derecha y el rabo ensortijado.
Para que ninguno de los encargados descubra mi corrosiva mirada
detrás de las lentillas.
Bajo los pesados párpados.
Que lo que más desean es cerrarse.
Para que ninguno de los responsables máximos empiece a sospechar
que yo no entiendo que uno no puede cargarse de cosas que
no tiene la menor intención de pagar.
Uno no puede llevarse a rastras elegantes comedores cuando todos saben
que no se está en condiciones de organizar una buena cena.
Uno no puede de ninguna manera acostarse a probar las camas
cuando hay una multitud de parejas en buena forma física
que tienen sin duda el futuro asegurado.
Uno no puede de ningún pretexto caer de rodillas y llorando
tontamente y gesticulando con las velludas extremidades abrazarse
a cualquier cosa en un edificio abarrotado de maniquíes hipocondríacos.
Sí que se puede en cambio coger la escalera mecánica que baja a la
sección de servicios si uno se encuentra en esa necesidad.
A condición por supuesto de que uno no presione su pobre bajo
vientre contra una persona de la que muy bien pudiera pensarse que
es famosa de la radio o la televisión.
Pero nadie tiene nada que objetar a que una mujer tal vez incluso
menstruando se cuele en el lavabo de señoras un rato.
Y esté allí sentada tomando aliento.
Con las fauces llenas de gelatina de frambuesa.
Esperando.
Y mugiendo un poco.
Completamente inmóvil para sus adentros.
La cuestión es si alguien se da cuenta siquiera de que está allí sentada
mientras el comercio está en pleno apogeo y la mayor soledad posible
en realidad ya ha hecho su entrada.

                                                         Bekantskap önskas med äldre bildad herre, 1983

Traducción de Francisco J. Uriz con la colaboración de Kirsti Baggthun, Mona Moltke y Pentti Saaritsa

Fuente: Poesía Nórdica – Antología de Francisco J. Úriz – Ediciones de la Torre – Madrid 1995

Datos bibliográficos
Kristina Lugn nació en Suecia, 1948. Poeta y dramaturga. Ha escrito nueve poemarios y ha recibido varios premios: El premio Nacional Bellman, el premio literario del diario Svenska Dagbladet, el premio Piraten y el premio que otorga la Fundación Selma Lagerlöf. Desde hace siete años es la dirigente artística y directora del Teatro Brunnsgatan 4 de la ciudad de Estocolmo. Ha sido traducido al castellano su poemario: “Adiós y buena suerte”

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