martes, 30 de octubre de 2012

Sharon Olds, poesía


*Foto de: Edward Weston


Barómetro

Por ser la hermana menor de una mujer
que abandonó a su hija —dejándola a mitad de camino,
como se tira un marido— no soy como las otras madres.

Por las noches, voy al cuarto de mi hija,
y escucho el sonido en la cisterna
de su respiración; voy al cuarto de mi hijo, el grillo
todavía vivo en su garganta, en su pecho;

Quisiera poder inclinarme sobre mi propia cama
y escuchar mi respiración, para saber el clima
que viene.

De: Satanás dice (Satan Says, 1980) - Traducción de: Juan Carlos Galeano (julio de 2000) – Fondo Editorial Pequeña Venecia

El final

Decidimos los dos abortar, convertirnos
juntos en asesinos. El periodo que vendría
no cambió nada. Estaban muertos, esa joven pareja
para toda una vida.
Mientras lo hablábamos en la cama, el accidente
no fue una sorpresa. Nos acercamos a la ventana,
vimos los coches aplastados y el reflejo
curvo de los añicos de cristal, como si hubiéramos
sido nosotros. La policía sacó los cuerpos
ensangrentados como partos por la abertura
humeante de la puerta, los pusieron
en un alto, los cubrieron con mantas que
calaban. La sangre
empezó a chorrear
por mis piernas hasta las zapatillas. Me quedé
donde estaba hasta que lanzaron el bulto
por el agujero negro
de la ambulancia y levantaron al otro
con una venda en la cabeza,
con manchas donde había habido ojos.
A la mañana siguiente tuve que arrodillarme
en ese suelo durante una hora, limpiar mi sangre
frotando con trapos mojados aquellas manchas
oscuras y traslúcidas, como se deja en agua
un tiempo el molde para ablandar el glasé
cuando acaba el banquete.

De: Los muertos y los vivos. Sharon Olds. Bartleby Editores. 2006. Traducción de J. J. Almagro Iglesias y Carlos Jiménez Arribas

Unidad de Quemados

Cuando mi madre habla de la Unidad de Quemados
que ha donado al hospital de su ciudad,
mi pelo asciende y flamea como humo
en el aire que rodea mi cabeza. Menciona las
camas en su nombre, los baños en suspensión y
kilómetros cuadrados de venda, y pienso en los
años con ella, yo su hija, como
sin piel, dando vueltas en carne
viva, con quemaduras de primer grado en el noventa
por ciento del cuerpo. Solía quedarme pegada a las puertas
que intentaba cruzar, a las sillas de las que
intentaba levantarme, jirones
que se desprendían fácilmente como
carne de cerdo muy hecha, y nadie me daba
una gasa, o un corte de mantequilla para que
se fundiese en mi costado crujiente, pero cuando
gritaba, ella me arrimaba a su
plancha ardiendo, cuando la cabeza calcinada apestaba ella
me arrastraba más y más a la habitación
en llamas de su vida. Así que cuando habla de su
Unidad de Quemados imagino a una niña
que llegará allí, flotará en un agua
turbia como lágrimas, un colgajo suspendido en una
bañera de ungüento, chupando hielo mientras
apagan las diminutas llamas que quedan
en el pelo cercano al cerebro, y digo
Déjala dormir cuanto quiera, permítele salir
indemne, sin ninguna marca que
honre el poder del fuego

De: Los muertos y los vivos. Sharon Olds. Bartleby Editores. 2006. Traducción de J. J. Almagro Iglesias y Carlos Jiménez Arribas

Artificios

Mi madre
la maga
puede hacer
que aparezcan
huevos en su mano.
Mis ovarios
aparecen en su mano, negros como higos
y dedos arrugados de tanto lavar.

Cierra su mano,
y cuando la abre,
nada.

Se saca de los oídos bufandas de seda
de todos los colores, joyas de su boca,
leche de sus pezones. Desnuda
sobre el tablado blanco,
hace sus números,
mi madre la maga.

Se saca los ojos.
Las cuencas vacías
se llenan de aceite
que rezuma bourbon y heces.
Por las ventanas de su nariz
saca pergaminos
que arden.

En el grand finale
se saca lentamente a mi padre
de su coño,
y poniéndolo en un sombrero de seda
lo desaparece.

Dije que ella puede hacer que todo
se vuelva nada, es un vacío en el espacio,
lo máximo,
la mejor maga. Todo

lo que he sacado de mi boca
frente a ustedes.

De: Satanás dice (Satan Says, 1980) - Traducción de: Juan Carlos Galeano (julio de 2000) – Fondo Editorial Pequeña Venecia

Biografía
Sharon Olds, nacio en 1942 San Francisco (California). Creció como una "calvinista maldita", según sus propias palabras. Se graduó en la Universidad de Stanford y se doctoró en la Universidad de Columbia. Olds tiene múltiples premios literarios, entre otros: The San Francisco Poetry Center Award, the Lamont Poetry Prize, The National Books Critics Circle Award, y el T. S. Eliot Prize. Actualmente dicta clases de creación literaria en la Universidad de Nueva York.
Libros traducidos al castellano:
-Satán dice (edición bilingüe), traducción y prólogo de Rosa Lentini y Ricardo Cano Gaviria, Tarragona, Igitur, 2001.
-El padre (edición bilingüe), traducción y prólogo de Mori Ponsowy, Madrid, Bartleby Editores, 2004.
-Los muertos y los vivos (edición bilingüe), traducción y prólogo de J.J. Almagro Iglesias y Carlos Jiménez Arribas, Madrid, Bartleby Editores, 2006.




4 comentarios:

silvia zappia dijo...

oh! tengo ganas de gritar!


abrazo,maría*

Carmela dijo...

Fuerte, muy fuerte, tengo que reconocerlo. Pero la vida es tambien eso y hay que saber decirlo.
Un beso María, y gracias por acercarme a Sara Van, :)

batalla de papel dijo...

Gracias Carmela, Silvia
Es cierto, la poesía de Sharon Olds es fuerte. Ella pone palabra a las emociones oscuras, a esas zonas pantanosas de las que no hablamos.
Cuestiona las relaciones familiares, los convencionalismos, las emociones reprimidas.
Personalmente, me gusta su poesía porque me lleva a mis propias zonas oscuras. Me sirve de liberación.
Gracias. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...



La poesía de Sharon Olds, un golpe que no se espera.